Es hora pues, de que todos los Partidos políticos, y en especial los que se denominan nacionalistas, adopten definitivamente nuestra gloriosa bandera y exijan su reconocimiento oficial para que sea enarbolada en todas las instituciones canarias.
Sus colores representan la esencia misma de nuestro pueblo, por ello ha tenido tanta aceptación. El blanco es el color del agua y la nieve, base de nuestra propia vida; el amarillo canario representa el trabajo de nuestro pueblo y su riqueza, al mismo tiempo que es conocido este color en el mundo entero como el amarillo canario, símbolo del pájaro canario que alegra todos los hogares del planeta; el azul celeste representa el cielo y al mismo tiempo el reflejo del mar en el cielo de Canarias, con ese azul celeste donde brillan las siete estrellas verdes, las siete islas que algún día serán verdes, pues volverán a cubrirse de bosques y campos cultivados, con ese color esperanza que es símbolo también de nuestro pueblo Ecologista. Siete estrellas en forma de círculo para demostrar la igualdad de todas las islas.
Actualmente se enarbola nuestra bandera nacional canaria en los diversos actos de todo tipo; ya sean culturales, políticos, manifestaciones reivindicativas populares, conmemoraciones y celebraciones patrióticas, etc. Su presencia es particularmente significativa en los funerales, cubriendo los féretros de los patriotas últimamente fallecidos: Hupalupa, D.Antonio Padrón, Servando, Bastarrica, Villena, Dávila y tantos otros... ("...que mi féretro se cubriera/ con siete verdes estrellas/ de la bandera más bella/ que nación alguna tuviera...")
Todos los poetas canarios le han dedicado sus más encendidos y fervorosos versos. Asimismo es frecuentemente mencionada por los escritores canarios. Entre los pintores, Luis Morera, con su Génesis del Pueblo Guanche, ha calado hondo en nuestro pueblo. Cada uno de sus motivos, que representan una escena viva de su ancestral historia, han sido mil veces reproducidos.
Nuestra tricolor y estrellada bandera está en el corazón de los canarios y es ya signo inequívoco de su identidad.